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  • Escrito por Cesáreo hace 17 años y 9 meses (28 Jun 2007 07:32)
Leyendo una de las interesantes reflexiones de Hermann sobre las lecturas evangélicas de los Domingos en el Grupo Yahoo de Encuentro con la Palabra me encuentro con un cuento intersante que viene muy bien para un reflexión sobre nuestro ego:

"

Un hijo y su padre estaban caminando por las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: "¡AAAhhh!”

Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: "¡AAAhhh!” Con curiosidad, el niño grito: "¿Quién eres tu?" Recibió de respuesta: "¿Quién eres tu?"

Enojado con la contestación, gritó: "¡Cobarde!" Recibió de respuesta: "¡Cobarde!" Miró a su padre y le preguntó: "¿Qué sucede?" El padre sonrió y dijo: "Hijo mío, presta atención".

Y entonces el padre grito a la montaña: "¡Te admiro!" La voz respondió: "¡Te admiro!" De nuevo el hombre grito: "¡Eres un campeón!" La voz respondió: "¡Eres un campeón!"

El niño estaba asombrado, pero no entendía.

Luego el padre explicó:
La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA. Te devuelve todo lo que dices o haces...
Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor. Si deseas más competitividad en tu grupo, ejercita tu competencia. Esta relación se aplica a todos los aspectos de la vida. La vida te dará de regreso exactamente aquello que tu le has dado.

Tu vida no es una coincidencia. Es un reflejo de ti.

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La Flor de la Guanábana
Artículo sobre mi experiencia en Catuche, el original fue publicado en la revista SIC [1] del Centro Gumilla [2] en el año 1999 (Archivo PDF ) [3] ---------------------------------------------------------------------- A ustedes, queridos...

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