Mi hija pequeña aprieta sus piernas y su cuerpo para que su bicicleta avance cuesta arriba. Cuando vas en bicicleta, arrancar es lo más difícil. Pero una vez coges velocidad, todo es más fácil. Y, como cuando éramos niños, nos pasa a lo largo de la vida. Cuando queremos (y necesitamos) cambiar, nos cuesta. Vemos una cuesta delante y no vemos el fin. Y pensamos y le damos vueltas. Pero lo que hace falta es moverse.
Al final mi hija llegó al final de la cuesta (ante mi sorpresa). Muchas veces lo más difícil es el primer paso, el primer movimiento. Muchas veces lo que necesitamos es, simplemente apretar las piernas, el cuerpo y ... arrancar.
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La Tormenta que ya Pasó
Todas las veces que he ido a Cayo Levisa [1] (visita muy recomendable)
ha habido tormenta. Y esta foto la tomé después de 2h esperando a que
parara el aguacero. Hasta los cangrejos (jaibas) estaban asustados.
Pero, como siempre, *la tormenta...
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