Ayer fueron elecciones en Venezuela. Parece que las cosas quedaron igualadas y, afortunadamente el presidente pasó de decir tonterías a contenerse un poco. No todo es tan bonito, porque después del padre, ahora gobierna un hermano del presidente (¿suena raro no?) y el Antonio Ledezma es el nuevo alcalde de Caracas (¿y la nueva política?). En fin.

Pero bueno, los resultados dicen:

• Alcaldías: 2 para Chavez (PSUV) y 6 para la oposición
• Gobernaciones: 17 PSUV y 5 el resto

Por eso se habla de victoria agridulce y aunque vayan de sobraos gran parte de la población estará gobernada por la oposición. Pero al margen de opiniones políticas en mi opinión las buenas noticias (revisar los datos del CNE) son:

• Alta participación. Un 66%, altísima. Ojalá los venezolanos se convenzan de que son dueños de su destino
• Reequilibrio político. Es decir, ya no hay uno que manda mucho y otros que se quejan. Seguro que más pluralismo le vendrá bien al país

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Uf! me he emocionado, en realidad yo iba a hablar del voto electrónico. ¿Porqué? Pues porque Venezuela es uno de los países que utiliza este sistema como sufragio universal. Y eso que (por citar uno) Holanda no lo permite.

Las máquinas de voto electrónico son fáciles de reventar, sí fáciles y por eso muchos estudios (por ejemplo este o este) dicen eso, que no, que no hay que fiarse.

Pero lo más alucinante en Venezuela es leer este artículo (y los comentarios):

• Cita los problemas ya mencionados (cita uno de los informes a los que ha hecho referencia)
• Se hace eco de un artículo del universal donde se denuncia que
  el estado venezolano es uno de los principales inversionistas (30%) de la empresa (Bizta) que gestiona el sistema
• Denuncias contactos y manipulaciones del gobierno (a través de capital y de directivos (salió en Wired)

Ay! las revoluciones estas. Si Bolívar levantara cabeza ... no utilizaría el voto electrónico (para el sufragio universal)