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- Escrito por Cesáreo hace 18 años y 5 meses (31 Ago 2006 12:51)
Al llegar, por un problema entre mío (que llevaba el carro), de un camión que estaba parado y de un tipo en bicicleta que no paró, resulta que me choqué contra el tipo de la bici. A lo que voy es que el tipo se quedó esperando a ver qué me podía sacar y me pidió 30 mil pesos (10 euros). Después de esperar un rato, discutir, hacernos los locos y tal, terminé dándole 10 mil (3 euros).
Curiosamente, la rueda que estaba doblada (ya había visto que no le había dado a la rueda, sino al pedal), al recibir los 10 mil pesos, mágicamente se enderezó. Las personas que iban conmigo no le hubieran dado un peso porque evidentemente el tipo se quería aprovechar de un españolito a las afueras de Bogotá.
O sea que la cultura del vivo (del listillo que diríamos en España) es la que predomina. Hay también ahora una película interesante en Colombia ( Soñar no cuesta nada ) que es la historia de unos soldados que en medio de la selva se encuentran una guaca (tesoro escondido) con unos 50 millones de dólares. Finalmente los pillaron, y los encarcelaron. Es curioso como mucha comenta gente en la web y en la calle que estuvo bien quedarse con el dinero y no informar, es más el que aparentemente era el honesto aparece como un personaje medio bobo. ¿Porque no quedarse con la plata?, que total era de grupos terroristas y fruto de extorsión y narcotráfico. Volvemos a la cultura del vivo. El listo gana, no importa el resto.
Comentaba yo que claro, ¿qué país, qué sociedad se puede construir así? Una sociedad donde los que se aproveche ganan, los que engañan, los que no son honestos (quizá).
Pero volvamos al tipo de la bicicleta. El tipo se fue feliz porque se llevó 10 mil pesos engañando a un extranjero, mientras que nosotros nos gastamos 60 mil cada uno en la cena/rumba. ¿Como no va a ser justo que yo le de 1/6 de lo que me gasté en ocio? ¿Cual es la ética de los recursos? ¿Merece la pena no dejarse engañar? ¿Puedo hablar de honestidad si al final me gasté 6 veces lo que le di?
Blog MI estancia en Bogotá
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